Los efectos del karma se experimentan subjetiva y objetivamente
Lo que pensamos, hacemos o decimos refuerza cierta tendencia en nuestra vida mental, y en ese mismo grado modifica nuestra conciencia. Las imágenes y recuerdos mentales que se nos ocurren y los estados de ánimo que tenemos están formados por instancias de pensamieto, por lo que hemos dicho y hemos hecho en el pasado; éste es el efecto subjetivo. En el plano objetivo, el efecto de nuestras acciones pasadas puede verse en las situaciones en que nos encontramos y en las experiencias que vivimos. Debido a que el orden kármico no está basado en una simple mecánica de causa-efecto, es difícil de discernir la forma en que nuestras acciones pasadas condicionan nuestra experiencia y situación objetiva presente.
Relación entre nuestra mente y la vida
Lo que une a la conciencia, la experiencia y las situaciones en que nos encontramos es un tipo de afinidad. Cuando algo esta siendo atraído, es atraído por algo de tipo semejante, y las intenciones que se forman en la conciencia atraen a las experiencias correspondientes. Para dar un ejemplo simple: cuando me interesé en el budismo por primera vez, repentinamente empecé a notar al budismo por todas partes; los encabezados en los periódicos hacían referencia de éste, en los estantes los libros de budismo parecían resaltar, conocí a gente que me contaba anécdotas relacionadas con el budismo. Si esos fenómenos estaban allí anteriormente o no, mi conciencia ahora había hecho una conexión con ellos, y hasta parecía atraerlos.
El efecto lo determina el estado de mente con el que el acto se realiza
La naturaleza del efecto se encuentra determinada por la naturaleza de la intención con la que la acción se realiza. Las intenciones pueden analizarse de acuerdo a si éstas están basadas en la avaricia, el odio o la ignorancia, o ya sea en maitri (Amor universal), generosidad o atención consciente. Las acciones realizadas con las motivaciones de la avaricia, el odio y la ignorancia son denominadas acciones torpes y aquéllas basadas en maitri, generosidad y concienciación se denominan acciones habiles. Estos son los términos básicos de la ética en el budismo. Bajo el principio del karma las acciones habiles producen efectos placenteros. La consecuencia de actuar a partir de motivaciones torpes es que al final sufriremos. Cuando actuamos desde un estado mental positivo, estamos creando las condiciones desde donde estados de tranquilidad y felicidad surgiran
Fuente: La rueda, el espiral y el Mándala, Dh. Subhuti
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